- De qué hablamos cuando hablamos de datos masivos -
Para poder leer a la Ciudad de Buenos Aires teníamos que aprender a leer lo que los datos masivos no estaban diciendo sobre ella y nuestro problema de investigación.
La efectividad
de nuestro proyecto consistía, en primera instancia, en ser capaces de trabajar
con cantidades masivas de datos. Datos factibles de ser agrupados en variables
y sometidos a un examen cruzado. Parte de aquellos datos, los obtuvimos de Buenos Aires
Data, el portal de open data (datos abiertos, públicos y disponibles
para su análisis por cualquier persona o entidad) que se desprende de la
iniciativa “Gobierno Abierto” que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad de
Bs. As.
Utilizamos la modalidad
distant reading, o lectura distante, creada por el crítico italiano
Franco Moretti. Esta metodología se basa en el alejamiento del objeto de
estudio para abordarlo a partir de la mediación de gráficos, árboles y mapas.
En nuestro estudio, nos distanciamos de los datos visualizando a través de
gráficos y mapas.
Para analizar
los datos, nos servimos también de la “analítica cultural”, concepto
propuesto por el ruso Lev Manovich y que consiste en leer gran cantidad de
información buscando recurrencias, repeticiones de elementos, patrones, que
delineen una tendencia interpretable. Eso es lo que buscamos al ver los
gráficos y mapas.
Mediante la
estructuración y el procesamiento de los datos (gracias a las herramientas CartoDB,
Infogram y Piktochart, entre otras), convertimos los datos en información útil
para contestar las preguntas de investigación. Para desencadenar el
“valor de opción” de estos datos, los reutilizamos fusionando diversos
conjuntos de datos, es lo que Mayer-Schönberger y Cukier denominan “la
metodología de los datos recombinantes (2013, p.77-78)”.
También
recurrimos a la tecnología de geolocalización, una derivación del big data y
relacionada con las ciudades. Mapeamos la ubicación de diversas áreas de la
Ciudad de Buenos Aires (Bibliotecas, Jardines, Colegios Primarios, Centros
Culturales) para advertir patrones dentro de la metrópolis; y porque como
afirman Iconoclasistas y Tinta Limón: “Mapear como sinónimo de cartografiar puede
ser una estrategia de producción de enunciados críticos. ¿Esto tiene
que ver también con las nuevas formas del conflicto? La pregunta por qué
significa mapear es también la pregunta por qué significa producir conocimiento
hoy porque entendemos el mapeo como práctica que genera conocimiento”.
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