En una ciudad, un Centro Cultural es un espacio abierto a la comunidad que permite la participación de los ciudadanos en actividades culturales. Estos centros tienen el objetivo de representar y promover valores e intereses tanto culturales como artísticos. Es por eso que lleva adelante múltiples actividades tales como talleres, cursos, conciertos musicales, exposiciones artísticas, etc.
Como demostramos, la gente que concurre a las Bibliotecas Públicas de la Ciudad de Buenos Aires no lo hace precisamente para leer en sala o sacar un libro a préstamo; entonces ¿para qué va? Una de nuestras hipótesis es que actualmente, las bibliotecas están funcionando más como espacios de cultura que como lugar que guarda libros.
¿Acaso las bibliotecas están desarrollando actividades similares a los Centros Culturales?
Para ver la influencia que puede ejercer la distribución geográfica de las bibliotecas y los centros culturales en la Ciudad; geolocalizamos en un mapa las bibliotecas más y menos visitadas, junto con todos los Centros Culturales de administración pública.
Empecemos por analizar las bibliotecas más visitadas. A partir de la visualización de los mapas pudimos ver que las bibliotecas más visitadas no tienen centros culturales próximos a sus emplazamientos: las dos más visitadas (José Mármol y Leopoldo Lugones) al igual que Del Barco Centenera, Carlos Guido Spano, Julio Cortázar, Mariano Pelliza y La Prensa no se encuentran cerca de algún Centro Cultural. Sólo 3 de las 12 Bibliotecas más visitadas se disponen junto a Centros Culturales: Biblioteca Antonio Devoto, apostada a 3 calles del Centro Cultural Devoto; Miguel Cané, a 5 cuadras del Centro Cultural Boedo; y Manuel Gálvez, que se encuentra a 5 cuadras del Centro Cultural San Martín y del Bicentenario.
En el mapa anterior, se vislumbra que la mayoría de las bibliotecas
menos recurridas se encuentran ubicadas cerca de un centro cultural. Para corroborar que el centro cultural
podría estar acaparando actividades culturales que las bibliotecas realizan y
con ellas, sus visitantes, veamos caso por caso las diferencias entre el número
de visitantes de la biblioteca en cuestión y su centro cultural cercano.
El caso de la Biblioteca Evaristo Carriego, que tiene a 2
cuadras el Centro Cultural Tato Bores. Por su parte, la biblioteca Julio César Saguier
que tiene enfrente al centro cultural Barrio Copello; la Biblioteca Hilario
Ascasubi, ubicada a 3 cuadras del Centro Cultural Baldomero Fernández Moreno,
Javier Villafañe a 4 cuadras del Centro Cultural del Bajo Flores; Rafael
Obligado ubicada a 5 cuadras del Centro cultural Resurgimiento; la Estanislao
del Campo situada a 6 cuadras del Centro Cultural Adán Buenos Ayres; y la
biblioteca Canónigo José Luis de Chorroarín, que se encuentra en el mismo
barrio que el Centro cultural Saladiyo.
Una lectura posible de estas visualizaciones es que, al no
tener “competencia” las bibliotecas más visitadas tienen la posibilidad de
abarcar las actividades culturales de la zona y así concentrar a las
personas que está interesada en dichas actividades. Mientras que las menos
visitadas, que se encuentran en competencia directa con los centros culturales,
están limitadas a abarcar más personas.
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